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Día mundial de la audición, 3 de marzo de 2018

Escuchemos el futuro este es el lema que propone este año la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con esta celebración la OMS quiere concienciarnos acerca de los problemas de audición y como prevenirlos.

La OMS informa de que 360 millones de personas viven con pérdidas auditivas incapacitantes y que el número de personas en riesgo de sufrir pérdidas auditivas va en aumento: unos 1.100 millones de personas de entre 12 y 35 años en parte debido a la mayor exposición a sonidos recreativos demasiado fuertes.

dia mundial de la audicionDestaca que el 60% de los problemas de audición infantiles pueden prevenirse o recibir ayuda muy temprana. Debido a que la audición es esencial para poder hablar, estudiar, participar en la vida social, tener acceso a una mejor situación laboral, etc., la pérdida de audición, sobre todo en países en vías de desarrollo, es un serio obstáculo para los niños.

Conviene recordar las causas de pérdida de audición y de sordera que nos indica la OMS y que divide en congénitas y adquiridas.

Causas congénitas que pueden determinar la pérdida de audición en el momento del nacimiento o poco después. La pérdida de audición puede obedecer a factores hereditarios y no hereditarios, o a complicaciones durante el embarazo y el parto, entre ellas:

  • rubéola materna, sífilis u otras infecciones durante el embarazo;
  • bajo peso al nacer;
  • asfixia del parto (falta de oxígeno en el momento del parto);
  • uso inadecuado de ciertos medicamentos como aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos;
  • ictericia grave durante el período neonatal, que puede lesionar el nervio auditivo del recién nacido.

Causas adquiridas que pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad.

  • algunas enfermedades infecciosas, como la meningitis, el sarampión y la parotiditis;
  • la infección crónica del oído;
  • la presencia de líquido en el oído (otitis media);
  • el uso de algunos medicamentos, como los empleados para tratar las infecciones neonatales, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente y distintos tipos de cáncer;
  • los traumatismos craneoencefálicos o de los oídos;
  • la exposición al ruido excesivo, por ejemplo en entornos laborales en los que se trabaja con maquinaria ruidosa o se producen explosiones;
  • la exposición a sonidos muy elevados durante actividades recreativas, como el uso de aparatos de audio personales a un volumen elevado durante períodos prolongados de tiempo, o en bares, discotecas, conciertos y acontecimientos deportivos;
  • el envejecimiento, en concreto la degeneración de las células sensoriales; y
  • la obstrucción del conducto auditivo producida por cerumen o cuerpos extraños.

En los niños, la otitis media crónica es una causa común de pérdida de audición.

¡Cuidemos nuestra audición y la de nuestros niños!

Si nota cualquier problema en su audición, si cree que no oye bien, ¡NO SE ABANDONE, ACUDA A UN ESPECIALISTA ORL!

 

Belén Lombardero,

Audióloga.

https://www.sorderayvertigo.com/test-de-audicion-2/

La pérdida de audición puede atenuarse o prevenirse.

Pérdida de audición
Pérdida de audición

 

 

 

 

Centro de Prensa

Nota para los medios de información

Más de 360 millones de personas padecen pérdida de audición discapacitante, según las nuevas estimaciones mundiales de su prevalencia publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Una de cada tres personas mayores de 65 años afectada 

A medida que la población mundial envejece, son cada vez más las personas que padecen pérdida de audición. Una de cada tres personas mayores de 65 años (165 millones de personas en todo el mundo) tienen pérdida de audición. Si bien la pérdida de audición relacionada con el envejecimiento puede paliarse con audífonos, no se fabrican los suficientes como para cubrir las necesidades.

«La producción actual de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales. En los países en desarrollo, la proporción de personas que llevan audífono es de menos de una por cada 40 que lo necesitan», señala la Dra. Shelly Chadha, del Departamento de Prevención de la Ceguera y de la Sordera de la OMS. «La OMS está considerando la transferencia de tecnología como medio para fomentar el acceso a los audífonos en los países en desarrollo.»

Infecciones del oído y enfermedades infecciosas

Otros 32 millones de afectados por pérdida de audición son niños menores de 15 años. La principal causa de dicha discapacidad son las infecciones del oído, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. Según la revisión más reciente de los estudios disponibles hecha por la OMS, la mayor prevalencia de pérdida de audición discapacitante se observa en Asia Meridional, Asia-Pacífico y África Subsahariana.

Algunas enfermedades infecciosas como la rubéola, la meningitis, el sarampión o la parotiditis pueden originar pérdida de audición. La mayoría de ellas pueden prevenirse mediante vacunación. Entre otras causas comunes cabe señalar la exposición al ruido excesivo, los traumatismos craneoencefálicos o del oído, el envejecimiento, causas genéticas, problemas durante el embarazo o en el momento del parto (como la infección por citomegalovirus o la sífilis) así como la utilización de medicamentos que pueden dañar al oído.

La mitad de los casos pueden prevenirse

«Aproximadamente la mitad de los casos de pérdida de audición pueden prevenirse fácilmente, y muchos pueden tratarse si se detectan precozmente y se efectúan las intervenciones adecuadas, como la colocación de implantes auditivos. Además, las personas con pérdida de audición pueden recibir capacitación en el lenguaje de signos y apoyo social.»

La OMS alienta a los países a que creen programas de prevención de la pérdida de audición en sus sistemas de atención primaria de salud que incluyan la vacunación infantil contra el sarampión, la meningitis, la parotiditis y la rubéola, la detección y el tratamiento de la sífilis en las embarazadas y el diagnóstico y tratamiento precoces de la pérdida de audición en los lactantes.

 

Sordera y deterioro cognitivo

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Como venimos informando a nuestros pacientes, se acumulan las evidencias científicas que muestran que la sordera  puede producir los mismos efectos que el deterioro cognitivo que tiene lugar con la edad.

El empeoramiento de la memoria, las dificultades en la comprensión y el enlentecimiento en el pensamiento, son todos efectos que se asocian normalmente al envejecimiento cerebral y, en personas mayores, se asume que están producidos por un déficit de las facultades mentales relacionado con la edad.

Aunque ésta es a menudo la causa, las investigaciones han demostrado que estos efectos también  pueden ser producidos por una deficiencia auditiva no tratada. La sordera tiene también repercusiones psicológicas ya que la comunicación es un aspecto muy importante en nuestra vida y la pérdida de la habilidad para comunicarse con la familia, los amigos y el entorno puede tener graves consecuencias. Todo ello conduce al distanciamiento social, a la disminución de la autoestima, a la inestabilidad emocional, a la ansiedad e incluso a la depresión.

El uso de audífonos puede evitar muchos de los efectos descritos, pudiendo devolver el bienestar psicológico a estos pacientes. Además, las personas mayores sordas que usan audífonos padecen menos situaciones de confusión, desorientación y dificultad para concentrarse que las que no los utilizan.

 

  • Edwards B:  ‘Cognitive and psycho-social consequences of hearing loss’. ENT & Audiology news, 2009; 18 (4): 96-98.
  • Beck D L; Sockalingam R: ?Audition, cognition, ageing and listening success?. ENT & Audiology news, 2009; 18 (4): 101-103.
  • Vuorialho A, Karinen P y cols: ‘Effect of hearing aids on hearing disability and quality of life in the elderly’. Int J Audiol, 2006; 45: 400-405.
  • McCoy SL, Tun PA y cols: ‘Hearing loss and perceptual effort: downstream effects on older adults’ memory for speech’. Q J Exp Psychol A, 2005; 58: 22-23.
  • Dalton DS, Cruickshanks KJ y cols: ‘The impact of hearing loss on quality of life in older adults’. Gerontologist, 2003; 43: 661-668.
  • Kochkin S, Rogin CM: ‘Quantifying the obvious: the impact of hearing instruments on quality of life’. Hear Rev, 2000; 7: 8-34.

 

Repercusión de la sordera en personas mayores

Detección precoz de la sordera en la infancia

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Desarrollar el lenguaje con normalidad requiere una audición útil durante los dos primeros años de la vida, época en que se establece el lenguaje hablado. La ausencia de estímulo auditivo determina la no adquisición del lenguaje, por lo que es preciso detectar cualquier problema auditivo y tratarlo lo antes posible.

La sordera es la pérdida total o parcial de la audición, puede ser congénita o adquirida, temporal o permanente y estar provocada por diversas causas.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS):

– De cada 1.000 recién nacidos 1 padece una sordera severa o profunda.
– De cada 750 recién nacidos 1 padece hipoacusia.
– En el 40% de los casos se desconoce la causa.
– De cada 60 recién nacidos ingresados en UCI 1 es sordo

Millones de niños en el mundo tienen en mayor o menor grado pérdidas de audición. Algunos nunca oyeron bien, otros tuvieron algún problema que generó una pérdida de audición en algún momento de su vida, antes durante o después de adquirir el lenguaje. En algunos de estos niños la pérdida auditiva va asociada a otros problemas. Estas variables hacen imposible generalizar acerca del futuro de un niño con problemas de audición, pero en lo que sí coincidimos en la actualidad todos los especialistas que trabajamos con niños sordos, a la vista de las nuevas técnicas quirúrgicas y de la alta tecnología audioprotésica y de implantes cocleares, es en la enorme importancia del momento de la detección, diagnóstico y tratamiento de la pérdida de audición.

Repercusión

Una pérdida de audición infantil no tratada correctamente influirá en el proceso de desarrollo intelectual, psicológico y social del niño, ya que el pensamiento nace y se estructura a través de las palabras.

Nos encontraremos con:

– Dificultad o falta del desarrollo del lenguaje.
– Defectos en el habla.
– Retraso de la lectura y la escritura.
– Problemas emotivos y de carácter.
– Limitación de las oportunidades educativas.
– Impedimento en la realización personal y vocacional.

Actitud

Planteado el problema de la grave repercusión que una pérdida de audición supone en el desarrollo del lenguaje, es pregunta obligada cómo podemos actuar para romper este círculo. La respuesta es sencilla: la rehabilitación precoz de la hipoacusia en el niño es indispensable para la adquisición de la palabra y del lenguaje y, en consecuencia, para el desarrollo intelectual, por lo que se necesita una detección y un diagnostico precoces de la sordera a esta edad. Se puede afirmar que la estimulación auditiva, la adaptación protésica o el implante coclear y la rehabilitación logopédica son efectivas si se hacen en edades adecuadas.

El screening auditivo en bebés permite diagnosticar y tratar la sordera muy precozmente, lo que contribuye a reducir las repercusiones que los problemas auditivos conllevan. La OMS define el screening como “la presunta identificación de enfermedades o defectos imposibles de reconocer, mediante la aplicación de tests, exámenes u otros procedimientos que pueden ser aplicados rápidamente”. El screening separa a las personas aparentemente sanas de aquellas que probablemente tengan la enfermedad. Un test de screening no es un test diagnóstico, las personas que no pasen este screening o con hallazgos sospechosos deben remitirse al otorrinolaringólogo para que efectúe el diagnóstico de la sordera e instaure el tratamiento más adecuado.

La Unidad de Sordera y Vértigo del Sanatorio Nuestra Señora del Rosario dispone del personal y el equipamiento necesario para realizar las pruebas de screening y de diagnóstico de la sordera infantil.

 

La audición en niños

Repercusión de la sordera en personas mayores

La sorderaLa sordera es la deficiencia sensorial más frecuente, siendo especialmente causa de discapacidad en personas mayores de 65 años, existiendo una tendencia en dicha población a desestimar sus repercusiones o a considerarla un aspecto inevitable asociado a la edad. Numerosos estudios ponen también en evidencia diferentes formas de deterioro asociado a la disminución de audición a dichas edades, y como sus efectos pueden paliarse corrigiendo la pérdida auditiva dependiendo de cada caso.

Calidad de vida
La disminución de audición se asocia con un deterioro en la calidad de vida relacionada con la severidad de la pérdida auditiva. Es frecuente observar en personas mayores con problemas de audición no tratados una marcada tendencia a aislarse social y familiarmente, dejando de participar en conversaciones, abandonando el uso el teléfono, restringiendo sus salidas a teatros, cines, conferencias, etc., distanciándose de sus amistades al dejar de frecuentar tertulias, partidas de cartas y otras actividades que realizaban cuando podían comunicarse sin problemas.

Un estudio publicado en la revista The Gerontologist realizado en personas con edades comprendidas entre 53 y 96 años utilizando escalas para medir las dificultades para comunicarse y su repercusión en las actividades de la vida diaria, demuestra la relación que existe entre el grado de la pérdida auditiva y el deterioro en la calidad de vida.

Funciones cognitivas
La disminución de la agudeza auditiva puede contribuir al deterioro cognitivo. Un estudio epidemiológico publicado en la revista Audiology realizado en personas mayores de 65 años, mostró que en las personas con un deterioro cognitivo moderado o severo era más frecuente encontrar pérdidas auditivas asociadas que en aquellas con un funcionamiento cognitivo normal.

Envejecimiento cerebral
Ya en un Congreso de ORL celebrado en 1992, se planteó que la sordera puede contribuir al envejecimiento cerebral: «los resultados de estudios neurológicos revelan que los estímulos auditivos constituyen una parte esencial en la activación de las neuronas cerebrales de compensación, cuyas funciones se activan en la vejez precisamente para paliar la pérdida de otras neuronas». «La estimulación cerebral se produce obviamente a través de los sentidos, pero no todos contribuyen se la misma forma. Contrariamente a lo que podría pensarse, la vista solo proporciona el 20% de esos estímulos. Al gusto, al olfato y al tacto se les atribuye un 10% a cada uno. El resto corresponde al oído». Estudios efectuados en grupos de personas mayores revelaron que «los síntomas de envejecimiento cerebral se habían precipitado con mayor rapidez en los que padecían sordera”. De ahí la importancia de tratar la sordera, ya que el 80% pueden resolverse o corregirse con audífonos y otro 15% mediante intervención quirúrgica.

¿Cuando acudir al otorrinolaringólogo?

En principio se debe acudir al otorrinolaringólogo especializado en problemas de audición en cualquier momento de la vida en que se planteen dudas acerca de su audición47

Como prevención, deben realizarse un estudio de audición:

1. Si existen antecedentes familiares de hipoacusia.
2. Si ha tomado medicamentos ototóxicos .
3. Si el oído le supura o padece otitis.
4. Si tiene ruidos (acúfenos) en los oídos.
5. Si ha trabajado o trabaja en ambientes ruidosos.
6. Si ha practicado o practica deportes en que se producen ruidos intensos (p.e., caza).
7. Si tiene dificultad para mantener una conversación con varias personas.
8. Si tiene dificultad para seguir una conversación en ambiente ruidoso.
9. Si con cierta frecuencia necesita que le repitan alguna palabra.
10. Si tiende a aumentar el volumen de la televisión, la radio etc.

El diagnostico de la sordera

53Una vez que acude al otorrinolaringólogo (O.R.L.), le examinará los oídos (limpiándolos de cerumen si es necesario), la nariz y la garganta, le realizará un estudio de su audición y puede solicitar otras pruebas cuando lo considere necesario (p.e., estudios radiológicos).

El estudio de la audición se realiza mediante pruebas subjetivas y objetivas que nos aportan datos en relación a si existe o no una alteración auditiva, y en caso afirmativo, de que tipo es, de que grado y que tratamiento requiere.